En los tiempos que corren, afortunadamente, los periodistas de a pie que hacen buen periodismo son legión, aunque el prestigio de una de las profesiones más bellas y apasionantes del mundo se vea empañado por la acción de los que se conoce como lideres de opinión, que en una buena parte abandonaron los más elementales principios de la profesión para venderse a intereses variopintos que no gustan de la verdad y aborrecen a los colegas que ejercitan el arte de molestar al poder, sea del signo o del ámbito que sea.
Marc Calderó, presentador de Hablando Claro. |
Entre esos presuntos líderes se encuentran un buen puñado de los que se asoman a la televisión, como conductores de programas o en forma de todólogos, los llamados tertulianos. Que además de haber olvidado el código ético de la profesión no disimulan para defender los postulados que les transmiten al dictado, al servicio de los poderosos, dejando al margen la función social del periodista.
No hay porque señalar a nadie, todos sabemos quienes son, pero por no forzar la memoria, ahí tenemos los nombres de Ferreras, Ana Rosa, Vallés, Herrera y muchos más que sirven para ilustrar lo que aquí se aborda.
Para centrar el objetivo de estas lineas me parecen adecuadas las palabras de mi admirado colega Juan Tortosa, que en su libro Periodistas. El arte de molestar al poder, escribe que “el periodismo es algo tan sencillo como ir al sitio, empaparte bien de lo que está pasando, preguntar lo que no entiendes y contarlo cuanto antes”.
Pero a lo que iba, además del cáncer, ya descrito, que corroe las entrañas de mi profesión, hay otro problema, que en las últimas semanas vengo detectando en la televisión pública (RTVE), más concretamente en el programa Hablando claro y que es lo que realmente me ha llevado a escribir esta reflexión.
Huyendo de los púlpitos de los doctrinarios ya citados traté de refugiarme en el magazine referido y día tras día me percataba de que no me enteraba de nada. Pensaba que estaba perdiendo capacidades, pero tras persistir en elempeño, llegué a la conclusión de que los presentadores y redactores del programa habían olvidado la primera regla que se aprende en las facultades de Periodismo. Para hacer una buena noticia en estado puro tan solo hay que responder a cinco preguntas sencillas, base del reporterismo: quién, qué, cuándo, dónde, por qué, que en el periodismo anglosajón se traducen como who, what, when, where, why, es decir la famosa regla de las 5W.
Es así de sencillo y no parece que sea difícil, aunque a muchos la reglita se les haya atragantado o borrado de la memoria. Suplico a los compañeros de base que, a pesar de los que viene sucediendo, persistan en intentar hacer buen periodismo. Hoy es más necesario que nunca
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