Lo que hace Ramón Triviño

domingo, 17 de septiembre de 2023

La censura que sufrí en mis carnes


Ya han transcurrido nada menos que 16 años que por cuestión de dignidad profesional tuve que abandonar el diario Sur de Málaga dónde había firmado, durante más de 15 años mi columna de opinión ‘Clave Menor’ que culminaba con ‘El Chisme’ en donde se recogía un chascarrillo sobre la actualidad política malagueña.




Ahora que, según algunos, me estoy convirtiendo en un viejo cascarrabias y tengo tiempo para poner en orden mis archivos he topado con el último artículo que publiqué en el citado rotativo malagueño, bajo el título de ‘Operación pollo’ que tenía la intención de ser la primera parte del segundo titulado ‘El anzuelo’ que nunca vería la luz por la intención del actual director de ABC, Julián Quirós, entonces subdirector de Sur, de que ‘retocara’ el artículo, a lo que me negué, al tiempo que decidía retirar el escrito y cesar en mis colaboraciones semanales.

La primera vez, y la última, que sufrí la censura en mis carnes me causó un profundo disgusto, y como pude comprobar en aquella época, también a cientos de mis lectores que, corrían cada lunes al quiosco para estar al día de la pomada. Hay que tener en cuenta, que aunque parezca increíble, entonces no existían las redes sociales que permiten seguir la actualidad en directo. ‘Clave Menor’ como recordarán los más viejos del lugar era, sin falsa modestia, la columna de contenido político más leída en los últimos años del siglo pasado y en los primeros del actual en la provincia de Málaga y que, lógicamente, también tenía su repercusión en los mentideros svillanos.

Años después pude conocer, por boca de la protagonista, la entonces secretaría general del PSOE de Málaga, Marisa Bustinduy, que ella había sido la que había ejercido sobre la dirección del periódico las presiones (desconozco con qué armas) para que se censurase el artículo.

Al final de ese mismo verano recuperé en el diario ‘Málaga hoy’ mi sabrosa columna, esta vez con el título de ‘Al Margen’. Por esas mismas fechas expliqué en la revista El Observador, con la que colaboro en la actualidad, las razones de mi espantá del diario Sur.

Por si interesa a alguien, quizá a algún estudioso del periodismo contemporáneo, incluyo aquí las capturas de pantalla de ‘Operación pollo’, artículo que fue publicado y también del censurado ‘El anzuelo’.








viernes, 16 de diciembre de 2022

La regla básica del periodismo

 

En los tiempos que corren, afortunadamente, los periodistas de a pie que hacen buen periodismo son legión, aunque el prestigio de una de las profesiones más bellas y apasionantes del mundo se vea empañado por la acción de los que se conoce como lideres de opinión, que en una buena parte abandonaron los más elementales principios de la profesión para venderse a intereses variopintos que no gustan de la verdad y aborrecen a los colegas que ejercitan el arte de molestar al poder, sea del signo o del ámbito que sea.


Marc Calderó, presentador de Hablando Claro.


Entre esos presuntos líderes se encuentran un buen puñado de los que se asoman a la televisión, como conductores de programas o en forma de todólogos, los llamados tertulianos. Que además de haber olvidado el código ético de la profesión no disimulan para defender los postulados que les transmiten al dictado, al servicio de los poderosos, dejando al margen la función social del periodista.

No hay porque señalar a nadie, todos sabemos quienes son, pero por no forzar la memoria, ahí tenemos los nombres de Ferreras, Ana Rosa, Vallés, Herrera y muchos más que sirven para ilustrar lo que aquí se aborda.

Para centrar el objetivo de estas lineas me parecen adecuadas las palabras de mi admirado colega Juan Tortosa, que en su libro Periodistas. El arte de molestar al poder, escribe que “el periodismo es algo tan sencillo como ir al sitio, empaparte bien de lo que está pasando, preguntar lo que no entiendes y contarlo cuanto antes”.

Pero a lo que iba, además del cáncer, ya descrito, que corroe las entrañas de mi profesión, hay otro problema, que en las últimas semanas vengo detectando en la televisión pública (RTVE), más concretamente en el programa Hablando claro y que es lo que realmente me ha llevado a escribir esta reflexión.

Huyendo de los púlpitos de los doctrinarios ya citados traté de refugiarme en el magazine referido y día tras día me percataba de que no me enteraba de nada. Pensaba que estaba perdiendo capacidades, pero tras persistir en elempeño, llegué a la conclusión de que los presentadores y redactores del programa habían olvidado la primera regla que se aprende en las facultades de Periodismo. Para hacer una buena noticia en estado puro tan solo hay que responder a cinco preguntas sencillas, base del reporterismo: quién, qué, cuándo, dónde, por qué, que en el periodismo anglosajón se traducen como who, what, when, where, why, es decir la famosa regla de las 5W.

Es así de sencillo y no parece que sea difícil, aunque a muchos la reglita se les haya atragantado o borrado de la memoria. Suplico a los compañeros de base que, a pesar de los que viene sucediendo, persistan en intentar hacer buen periodismo. Hoy es más necesario que nunca