No
hace muchas semanas tuve la oportunidad de visionar los 8 capítulos
de la serie documental de TVE titulada “Nosotrxs Somos”,
dirigida por César Vallejo y en la que se recorre la historia
del movimiento gay en España.
Una
serie muy didáctica e interesante que creo aborda todos los aspectos
relacionados con el movimiento citado, incluida la llamada Teoría
Queer, un tema que a pesar de que ya se empezó a abordar hace
bastantes años, no parece que esté claro para la mayoría de los
interesados.
La condición definitoria de lo homoxesual no existe en sí misma. |
Las sexualidades periféricas son todas aquellas que se alejan del círculo imaginario de la sexualidad "normal" y que ejercen su derecho a proclamar su existencia. Temas como "dejar ser", el derecho al amor y los roles sociales intentan explicar las causas y consecuencias de un sistema social basado en la separación de las personas y no en lo que las hace comunes.
Lo
cierto es que yo mismo no tenía muy claro el contenido de la Teoría
Queer que he llegado a entender de la mano de los
profesores-investigadores Carlos Fonseca Hernández y
María Luisa Quintero Soto, ambos pertenecientes a la
Universidad Autónoma del Estado de México.
Ambos
investigadores llegan a la conclusión de que una
crítica a la Teoría
Queer
es que al considerar al género y a la homosexualidad como sendas
construcciones culturales, en el fondo no hace más que negar la
existencia natural o intrínseca de la homosexualidad.
Es
decir, el sujeto homosexual no existe sustancialmente, sino sólo
como un significado para los actos entre personas del mismo sexo. En
otras palabras, la condición definitoria de lo homosexual no existe
en sí misma; lo que hay son las distintas significaciones de dichos
actos enmarcados en un contexto cultural.
Sin
cultura no hay homosexual. Algo así plantea el feminismo al eliminar
las dicotomías masculino-femenino y proponer el cyborg o la
liberación del yo como ente indomable.
Al
destruir el binarismo se extingue coyunturalmente a la mujer como
sujeto. El cyborg no es real: es una metáfora más como lo son el
homosexual o la mujer. Algunas propuestas de los planteamientos queer
resultan convincentes, pero desde luego no resuelven la cuestión, e
incluso resultan sospechosas ¿No se trata de deconstruir una
categoría opresiva para construir otra igualmente asfixiante?
La
Teoría Queer también plantea el derecho de todas las
personas a la autodeterminación de sus propias vidas y a ser
felices. Felices en un sistema que reconozca sus uniones
erótico-afectivas; que reconozca el matrimonio para quienes quieran
hacer uso de ese derecho.
Igualmente,
reconoce el derecho de caminar libremente sin ser víctimas de
ataques de ninguna especie, así como al trabajo y a los puestos
directivos. Ahora bien, ¿cómo vivir igualitariamente si no vivimos
en una sociedad igualitaria? La respuesta es: a través del propio
trabajo y de la tolerancia. Cuando se habla de trabajo nos referimos
a la incorporación de todas las personas queer a todas las
áreas del mercado laboral, pero principalmente a los espacios de
visibilidad política, no como floreros o dentro de un armario; sino
como sujetos que denuncien que existen seres oprimidos.
Hablar
de tolerancia es difícil para quienes han sufrido la intolerancia,
pero es necesario ser tolerantes y no con los que se equivocan poco,
sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, para que esa
tolerancia sirva de ejemplo a otros.
La
Teoría Queer no intenta juzgar a los que discriminan, sino
simplemente observarlos, reconociendo que todo lo que vemos en
nuestro entorno es fruto de una percepción equivocada, donde todo es
imitado, representado, actuado. Lo ideal es un mundo sin
distinciones, sin miedo, sin necesidad de defenderse, donde los seres
no están separados y se dedican a darle sentido a sus vidas. Este es
el sentido del cyborg que propone la teoría feminista.
Dejar
ser a las personas tal y como son es la propuesta de la Teoría
Queer.
Incluso a los que tienen un concepto de igualdad equivocado: dejarlos
ser y que a su debido tiempo puedan rectificar como quienes lo han
tenido que hacer por pertenecer a un colectivo con una preferencia
sexual distinta o con una condición especial. La diferencia los ha
impulsado a poner el énfasis en sí mismos como estrategia de
supervivencia.
En
este texto, los profesores Fonseca
y Quintero
aclaran muchos conceptos, pero no hay que olvidar que
hay otras
cuestiones importantes, como es la identidad performativa que incluye
en sus tesis la prestigiosa profesora Judith
Butler,
quien considera a la identidad como representativa e imitativa, donde
los roles de género no son más que una representación teatral
donde cada sexo asume los papeles creados con anterioridad,
imitándolos y reproduciéndolos continuamente. Un planteamiento de
sumo interés que espero abordar en otra ocasión
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