Lo que hace Ramón Triviño: Lo que no sabemos de la Teoría Queer

miércoles, 26 de febrero de 2020

Lo que no sabemos de la Teoría Queer


No hace muchas semanas tuve la oportunidad de visionar los 8 capítulos de la serie documental de TVE titulada “Nosotrxs Somos”, dirigida por César Vallejo y en la que se recorre la historia del movimiento gay en España.

Una serie muy didáctica e interesante que creo aborda todos los aspectos relacionados con el movimiento citado, incluida la llamada Teoría Queer, un tema que a pesar de que ya se empezó a abordar hace bastantes años, no parece que esté claro para la mayoría de los interesados.

La condición definitoria de lo homoxesual no existe en sí misma.

En esencia, la Teoría Queer se basa en la elaboración teórica de la disidencia sexual y la de-construcción de las identidades estigmatizadas, que a través de la resignificación del insulto consigue reafirmar que la opción sexual distinta es un derecho humano.

Las sexualidades periféricas son todas aquellas que se alejan del círculo imaginario de la sexualidad "normal" y que ejercen su derecho a proclamar su existencia. Temas como "dejar ser", el derecho al amor y los roles sociales intentan explicar las causas y consecuencias de un sistema social basado en la separación de las personas y no en lo que las hace comunes.

Lo cierto es que yo mismo no tenía muy claro el contenido de la Teoría Queer que he llegado a entender de la mano de los profesores-investigadores Carlos Fonseca Hernández y María Luisa Quintero Soto, ambos pertenecientes a la Universidad Autónoma del Estado de México.

Ambos investigadores llegan a la conclusión de que una crítica a la Teoría Queer es que al considerar al género y a la homosexualidad como sendas construcciones culturales, en el fondo no hace más que negar la existencia natural o intrínseca de la homosexualidad.

Es decir, el sujeto homosexual no existe sustancialmente, sino sólo como un significado para los actos entre personas del mismo sexo. En otras palabras, la condición definitoria de lo homosexual no existe en sí misma; lo que hay son las distintas significaciones de dichos actos enmarcados en un contexto cultural.

Sin cultura no hay homosexual. Algo así plantea el feminismo al eliminar las dicotomías masculino-femenino y proponer el cyborg o la liberación del yo como ente indomable.

Al destruir el binarismo se extingue coyunturalmente a la mujer como sujeto. El cyborg no es real: es una metáfora más como lo son el homosexual o la mujer. Algunas propuestas de los planteamientos queer resultan convincentes, pero desde luego no resuelven la cuestión, e incluso resultan sospechosas ¿No se trata de deconstruir una categoría opresiva para construir otra igualmente asfixiante?

La Teoría Queer también plantea el derecho de todas las personas a la autodeterminación de sus propias vidas y a ser felices. Felices en un sistema que reconozca sus uniones erótico-afectivas; que reconozca el matrimonio para quienes quieran hacer uso de ese derecho.

Igualmente, reconoce el derecho de caminar libremente sin ser víctimas de ataques de ninguna especie, así como al trabajo y a los puestos directivos. Ahora bien, ¿cómo vivir igualitariamente si no vivimos en una sociedad igualitaria? La respuesta es: a través del propio trabajo y de la tolerancia. Cuando se habla de trabajo nos referimos a la incorporación de todas las personas queer a todas las áreas del mercado laboral, pero principalmente a los espacios de visibilidad política, no como floreros o dentro de un armario; sino como sujetos que denuncien que existen seres oprimidos.

Hablar de tolerancia es difícil para quienes han sufrido la intolerancia, pero es necesario ser tolerantes y no con los que se equivocan poco, sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente, para que esa tolerancia sirva de ejemplo a otros.

La Teoría Queer no intenta juzgar a los que discriminan, sino simplemente observarlos, reconociendo que todo lo que vemos en nuestro entorno es fruto de una percepción equivocada, donde todo es imitado, representado, actuado. Lo ideal es un mundo sin distinciones, sin miedo, sin necesidad de defenderse, donde los seres no están separados y se dedican a darle sentido a sus vidas. Este es el sentido del cyborg que propone la teoría feminista.

Dejar ser a las personas tal y como son es la propuesta de la Teoría Queer. Incluso a los que tienen un concepto de igualdad equivocado: dejarlos ser y que a su debido tiempo puedan rectificar como quienes lo han tenido que hacer por pertenecer a un colectivo con una preferencia sexual distinta o con una condición especial. La diferencia los ha impulsado a poner el énfasis en sí mismos como estrategia de supervivencia.

En este texto, los profesores Fonseca y Quintero aclaran muchos conceptos, pero no hay que olvidar que hay otras cuestiones importantes, como es la identidad performativa que incluye en sus tesis la prestigiosa profesora Judith Butler, quien considera a la identidad como representativa e imitativa, donde los roles de género no son más que una representación teatral donde cada sexo asume los papeles creados con anterioridad, imitándolos y reproduciéndolos continuamente. Un planteamiento de sumo interés que espero abordar en otra ocasión

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