Lo que hace Ramón Triviño: La era de la comunicación: el liderazgo de la mujer

domingo, 3 de diciembre de 2017

La era de la comunicación: el liderazgo de la mujer

El jueves día 23 de enero de 2014 tuve el honor de ser invitado a impartir un Taller de Comunicación para asociaciones titulado “La era de la comunicación: el liderazgo de la mujer”, dentro de las actividades organizadas por el Centro Provincial de Málaga del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), que tenía el objetivo de generar cambios, aprender a escuchar y a que nos escuchen, librarse de prejuicios y utilizar la medida y el medio necesario para hablar con contenido y no solo con continente.

Cerca de tres años después, publico las notas y material del citado Taller, ya que considero que la cuestión entonces analizada, sigue de candente actualidad y puede servir todavía a profundizar en una materia bastante compleja.

Ramón Triviño, Silvia Oñate y Estefanía Palop.
A lo largo de la historia los hombres y las mujeres han usado la comunicación como un acto esencial dentro de la constitución de la sociedad. Por este camino han manifestado sus emociones, sus pensamientos, sus realizaciones y sus gestas. Durante gran parte de la Historia esta comunicación fue verbal y no dejó rastros de sus contenidos, aunque si de sus formas en la evolución del lenguaje. Pinturas, papiros, libros, obras de arte han servido de vehículo para transmitir los hechos de generaciones anteriores.

La comunicación es la base de toda organización social. Es algo más que la mera transmisión de mensajes: es una interacción humana entre individuos y grupos a través de la cual se forman identidades y definiciones. Como dice Ramonet (1*), la comunicación se ha convertido en uno de los paradigmas de nuestros tiempos, reemplazando lentamente al paradigma del progreso, transformando a la información ya en una "verdadera ideología" que nos obliga a comunicar y a equiparnos constantemente.
Esta ‘nueva ideología’ de la comunicación se basa en el libre flujo de información e ideas que es interactivo, igualitario y no discriminatorio. Lo que el Derecho ha venido llamando la libertad de expresión. No hay que olvidar, sin embargo, que bajo este nombre se habla de una pluralidad de derechos.
Por eso, resulta afortunada la denominación que hace Torres del Moral (2*) del conjunto de esas libertades como “libertad de comunicación pública”, entendiendo como pública toda aquella que trasciende la propia individualidad, esto es, como toda comunicación posible.
No se trata solamente de un derecho humano fundamental, sino que la libertad de expresión es garantía de la realización y profundización del principio democrático porque no sólo protege un interés legítimo individual, sino que también garantiza el libre flujo de informaciones y con ello, algo que forma parte del interés público: la creación y orientación de una opinión pública libre.

Este aspecto ha otorgado hasta hora una indudable trascendencia a la libertad de expresión, pues, al erigirse como condición previa y necesaria para el propio ejercicio  de otros derechos inherentes al funcionamiento de un régimen democrático, se afirma como uno de los pilares fundamentales de una sociedad libre, plural y democrática.

MICROPODER
Pero también resulta un elemento esencial de los cambios sociales que estamos viviendo en lo que muchos llaman Sociedad del Conocimiento o Sociedad de la Información. Porque no  debe olvidarse que es un derecho de relación, en tanto en cuanto su ejercicio se proyecta sobre otros individuos y sobre la comunidad en general. Por tanto, la libertad de expresión es la que posibilita la interactividad de las personas que forman el entramado social; esa interactividad genera lo que llamamos ‘micropoder’.

Al igual que el micropoder nace del proceso de fortalecimiento de la capacidad de acción de las personas mediante la interactividad posibilitada por la revolución digital, la libertad de expresión adquiere una gran relevancia más allá de su vertiente de derecho fundamental. Una muestra del alcance del nuevo micropoder de la libertad de expresión interactiva es el de aquellas opiniones, prohibidas en países concretos, que se difunden a través de Internet y superan la censura.

En China, por ejemplo, las búsquedas a través de Google – en su versión ‘autocensurada’ – permiten acceder a información que contraviene las indicaciones del Gobierno. Por ejemplo se pueden encontrar noticias sobre comisiones del congreso norteamericano relacionadas con la libertad e Internet – o sobre otros temas - que están a disposición de todos en blogs.

Los ciudadanos de países como China o Cuba, descubren el valor del micropoder al recuperar su libertad de expresión mediante la difusión de sus informaciones u opiniones en la web, que son recibidos por redes sociales de libertades cívicas, que sirven de multiplicadores del mensaje a escala planetaria, llegando a superar la incomunicación forzosa a la que los aparatos represores de esos Estados quieren reducirles.

Asistentes al Taller del IAM.
El ejercicio de estas libertades depende sustancialmente de los propios medios de comunicación: prensa, radio, cine, TV, Internet. Esto se debe a que la transmisión de informaciones, especialmente aquellas de mayor interés público por referirse a la vida política, económica o cultural, no se verifica por el conocimiento inmediato de los individuos sino, principalmente,  a través de los distintos canales de información.

A diferencia del resto de medios de comunicación, que sirven de intermediario entre el emisor y los receptores, las nuevas tecnologías digitales se caracterizan por posibilitar la interactividad online. Es decir, frente a la radio, televisión y prensa controlados por editores y empresarios, Internet crea una comunicación infinita de uno con uno (mediante el correo electrónico), de uno con muchos (mediante una página web) de muchos con uno (por medio de una difusión electrónica o de sindicación de contenidos), y especialmente, de muchos con muchos (mediante el chat, los blogs, los grupos de discusión, etc.).


En la comunicación digital todos son emisores y receptores, dejando de ser imprescindibles los intermediarios. Como ha sucedido en otras etapas de la Historia, la revolución comunicativa de la interactividad no suprime los otros medios de comunicación social, sino que los modifica.
Internet no es un medio de comunicación de masas sino una plataforma de comunicación de personas. Esta característica supone una ampliación gigantesca de la libertad de expresión. Lo comprobamos al ver los esfuerzos de aquellos que pretenden controlar los mensajes en Internet.

Al estar organizado como una red, el propio sistema busca itinerarios alternativos para evitar aquellos nodos controlados o censurados. Se puede afirmar que se está creando un sistema en el que el poder sobre la información se distribuye muchísimo más. Si durante siglos los distintos poderes institucionales han podido controlar y censurar la información, actualmente los ciudadanos gozan del micropoder que les permite comunicarse libremente entre sí, sin posibilidad de control efectivo y duradero.

Esta característica implica que, para que los ciudadanos puedan ejercer su micropoder resulta imprescindible que la plataforma de comunicación interactiva se mantenga a salvo de los diversos intentos de intervención y control por parte de los Estados o las corporaciones empresariales. De lo contrario, se impediría a los ciudadanos interactuar libremente para participar activamente en la vida social mediante el ejercicio de su micropoder.

Si tenemos en cuenta que el poder en la sociedad actual cada vez más depende de la información, no resulta extraño que, como dice Castells (3*) “los gobernantes, en general, tienen una relación ambigua y complicada con Internet, porque Internet permite la comunicación horizontal y difunde la información en todos los ámbitos”. A todos los gobiernos del mundo, sin excepción, les preocupa la libertad que proporciona Internet a sus ciudadanos para "organizarse, informarse y comunicarse de forma autónoma"; es decir, lo que venimos llamando micropoder. Es más, el propio Manuel Castells decía “Los políticos suprimirían Internet si pudieran, pero ya es muy tarde”.

Ante el micropoder hoy más que nunca es necesario un pensamiento crítico. No limitarse a ser espectadores pasivos. Es necesario mojarse. El concepto de ciudadanía frente al de consumidores que es lo que desea el poder.

Desde luego, el valor preferente de las libertades de expresión e información no puede configurarse como absoluto. Si la posición preferente viene reconocida como garantía de la opinión pública libre, solamente puede legitimar las intromisiones en otros derechos fundamentales que sean congruentes con esa finalidad, es decir, que resulten relevantes para la formación de la opinión pública sobre asuntos de interés general.

Hay que tener en cuenta que las nuevas tecnologías digitales de la interactividad han desdibujado el límite de lo que se entiende por noticia. Actualmente, el contenido de los mensajes que circulan por la web resulta una indescriptible mezcla de noticias, información, opiniones, datos, etc. Y todos ellos contribuyen a formar la opinión pública general.

Por eso, resulta muy conveniente acudir al concepto de mercado de las ideas.  La libertad de expresión fomenta el flujo libre de ideas que es esencial para la democracia y para todas sus instituciones, y limita la capacidad del Estado para subvertir otros derechos y libertades. Fomentar entonces ese mercado de ideas, que incluye o implica, sin estar limitada por ella, la búsqueda de la verdad.
Ramón Triviño, ponente del Taller.
Pero ojo, como asegura el catedrático de Informática de la UMA, José María Troya Linero (4*), la tecnología nos hace más visibles y controlables. Nadie lo puede evitar. Estamos expuestos y se lo tenemos que decir a los ciudadanos. Cuidado con Facebook, con Google, con los datos que se ponen, con las fotos comprometidas y la información personal, que luego llegas a una empresa y te sacan una foto durante una juerga. Hay que educar para que se sepa el mundo en el que vivimos.

Podríamos extendernos durante horas sobre el potencial de lo que podemos llamar el imperio de la comunicación, sus enormes posibilidades para hacer negocio, las modernas técnicas de marketing que cada día nacen al amparo de los medios de comunicación y de la red de redes, deberíamos entretenernos en hablar de la intoxicación informativa por exceso de información.
DATOS
Algunos datos hablan por sí solos. Datos Internet: 2.400 millones de internautas (supera las previsiones estimadas para 2016). 44,4% en Asia. 22,1% en América. 19,2% en Europa. Más de 126 millones de blogs en el mundo. Cada 24 horas se abren 42.000 nuevos. El 78% de los usuarios de internet consumen contenidos audiovisuales. España es, después de Italia y Reino Unido, el país con mayor consumo de social media. Facebook en octubre 2012 pasaba de los mil millones de usuarios Uno de cada 13 habitantes del mundo tiene cuenta  en Facebook. Twitter tiene 200 millones de usuarios activos.

Cuando Alfons Cornella (5*) inventó el término infoxicación para referirse a la intoxicación informacional a la que estamos sometidos, Google no existía. Imaginad cómo han cambiado las cosas desde entonces. “La situación se hoy peor de lo que podíamos imaginar”, reconocía el propio Cornella en 2005. Y esta sobrecarga informativa aumenta año tras año.

Tardaríamos 14 años y 8 meses en leer la Wikipedia completa en inglés. “Tenemos más desinformaciones que nunca, ¡y gratis!”, aseguraba recientemente el economista Max Otte. Explicaba que hoy día tenemos más canales de televisión que nunca, más blogs, más fuentes de información, pero que estamos peor informados que hace 30 años. Algo está pasando.
El problema es que el tiempo no se desdobla, ni en la Red ni fuera de ella. Tenemos el mismo tiempo que hace 30 años (el día tiene 24 horas), pero muchísima más información a mano. Lo difícil no es acceder a la información, sino ser capaz de procesarla, de digerirla, de interiorizarla.

Un dato más que curioso: un 16,6 % de los españoles afirma que su adicción a Internet es tan fuerte que se les olvida comer y más de la mitad, un 51,1 %, llega a olvidar las tareas que estaban haciendo previamente. Esta es una de las conclusiones de un estudio sobre el grado de adicción de los españoles a la red, que ha dado lugar a la creación de la Organización de Ayuda a los Adictos de Internet.

SER RELEVANTES EN UN CONTEXTO SATURADO
Según un estudio de la Universidad de Berkeley, California, entre 1970 y 2000 se ha producido el equivalente a toda la información que los seres humanos habían producido desde los tiempos de la prehistoria. Entre 2000 y 2003, la cantidad de contenidos publicados equivale a los treinta años anteriores. Y en el futuro este volumen crecerá de forma exponencial: el 2020 será 50 veces más que la de 2003. ¿Cómo poner orden dentro de este alboroto? ¿Cómo separar lo que vale la pena del ruido? ¿Cómo conseguir destacar en medio de tanta información? En este contexto, lo realmente complicado es captar la atención de los usuarios, los lectores, los consumidores. ¿Cómo diferenciar nuestros contenidos de los de la competencia?

La solución, ofreciendo calidad y contenidos relevantes, pero no hay ninguna fórmula mágica para lograr esto. En esta economía de la atención, el secreto es sólo uno: trabajo y más trabajo. Hay que esforzarse por conocer los gustos de nuestros clientes o de los ciudadanos, por saber qué les interesa, por crear contenidos de calidad que los atraigan.

Tras toda esta maraña de datos y de exceso de información  hay que resaltar la gran realidad, a pesar de tantos avances, de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, las redes sociales te dan visibilidad, reputación digital positiva, posicionamiento…. Pero al final el contrato, si hablamos de negocios, el acuerdo de cualquier otra índole, se firma en papel y cara a cara. (Y esto también está cambiando).

LIDEREZGO FEMENINO
Voy a exponer las tesis de la profesora de comunicación de la Universidad Pompeu y Fabra, Carmen García Ribas, que fue la principal impulsora del primer congreso internacional de liderazgo femenino, cuya primera edición, creo que van por la cuarta, se celebró en Barcelona en 2009.
Esta señora, cuyas propuestas han tenido repercusión en el mundo occidental está convencida de que el hundimiento de la economía mundial es consecuencia de llevar hasta el límite el modelo anglosajón, eminentemente masculino, que sólo tiene en cuenta los resultados.

Frente a este hecho García Ribas reivindica un nuevo modelo, que no separe los resultados y las emociones y, que por cierto, nos coloca más cerca de los valores mediterráneos. Esta profesora entró en contacto con el mundo de la empresa a través de los directivos que acudían a sus cursos de comunicación y a través de observar sus actitudes identificó el miedo como el principal obstáculo para liderar una carrera profesional o un proyecto empresarial.

Según Carmen García Ribas para liderar cualquier proyecto es imprescindible saber comunicar y para expresarse con coherencia y credibilidad, el miedo es el gran obstáculo. Identificar esos miedos y aprender a gestionarlos es el primer paso hacia el éxito profesional. De la asociación de liderazgo, comunicación y miedo, surgió lo que se ha llamado como el “síndrome de Maripili”, definido como la enfermedad de la profesional española, que identifica el miedo al rechazo de las mujeres, frente al miedo al fracaso de los hombres que marca sus respectivas carreras profesionales.

García Ribas no es partidaria de términos como igualdad o conciliación. ¿Por qué? En su opinión no hacen otra cosa que perpetuar los estereotipos femeninos que impiden que la mujer avance de manera independiente  tanto en la vida personal como en la profesional. Según esta profesora  “las madres, los hijos, la pareja, la vida familiar en general son a la vez deseos y servidumbres que las mantienen en culpa permanente. Respecto a la igualdad de oportunidades piensa que el objetivo debería ser la diversidad, no la igualdad.

Esta mujer, que desde hace más de una década identificó el citado “síndrome de Maripili” como “el miedo de las mujeres a no ser queridas” y como el principal obstáculo para el avance profesional de la mujer ha centrado toda su carrera en elaborar estrategias para desactivar esos temores. Carmen García está convencida de que la crisis actual tiene un gran componente de miedo y el primer paso para superarla es identificar los peligros reales y no dejarse llevar por el pánico colectivo, ni por las cifras de las grandes multinacionales.

Asegura que el miedo siempre tiende a inmovilizar, mientras que detectar las amenazas reales es el primer paso para actuar. La conclusión es que la sociedad actual, después de la crisis, no puede permitirse el lujo de desperdiciar el talento de las mujeres, porque ha invertido mucho tiempo y mucho dinero en formarlas y debe aprovechar sus capacidades. Luego hay que sumarse al convencimiento de que la salida de la crisis estará en el liderazgo de las mujeres, o al menos, en un mayor liderazgo de las mujeres.

UNA CULTURA MILENARIA
Las tesis que aquí expongo, sobre el liderazgo de la mujer no son una novedad. Aunque parezca increíble tienen millones de años, lo que sucede es que los investigadores no han dado con la tecla de las ventajas que históricamente supuso el matriarcado hasta hace muy poco tiempo.

El bonobo, muy similar en apariencia al chimpancé, es uno de los simios más singulares y extraordinarios de todos los primates. Su alimentación consiste sobre todo en vegetales y a diferencia de los chimpancés, los bonobos comparten la comida y si un miembro del grupo encuentra alimento avisa al resto para pegarse juntos un festín.
                    
Viven en grupos de unos 30 a 80 individuos, en los que las hembras ostentan la posición dominante. Viven en una sociedad matriarcal, es decir, que son las hembras quienes tienen el poder (aunque en general, los bonobos son muy poco jerárquicos). Si un macho quisiera agredir a una hembra en un intento de dominar al grupo, todas las hembras acudirían en ayuda de su compañera.

Al llegar a la edad adulta, las hembras emigran de su grupo original (para evitar el incesto) y en su nueva manada comienzan un arduo proceso de socialización con el resto de las hembras. La naturaleza de esos lazos sociales, que no guardan una relación de parentesco, es muy fuerte. El bonobo, que comparte el 99,8% del genoma humano, es un animal pacífico, coqueto, juguetón y enamorado, y  es un ejemplo para la humanidad.


Después de la relajación que intenta aportar el vídeo anterior, hay que resaltar la entrada en acción de una palabra importada de los Estados Unidos, el empoderamiento, que invita en el caso de las mujeres, a tener poder, pero mediante formas que le sean propias, desde su propia identidad cultural.
Además hay que resaltar que el auténtico liderazgo de la mujer es para todas las mujeres, no para unas cuantas que están llamadas a ocupar cargos. El auténtico liderazgo de la mujer es el que aparece cuando eres capaz de identificar el miedo a no responder a los estereotipos y te das permiso a ser como eres. El auténtico liderazgo lo obtienes cuando te das autoridad.

La ya citada Carmen García Ribas sostiene que muchas universidades, escuelas de negocios y otras instituciones que ofrecen formación para mujeres se reparten en dos corrientes, a su juicio desviadas del auténtico liderazgo.

De una parte, los que enseñan a mandar a las mujeres según los modelos de liderazgo conocidos y, por otro, los que se dedican a hacer estudios como si se tratase de una especie protegida, o desprotegida.  Frente a esto el liderazgo femenino aparece cuando las mujeres se autorizan a vivir según su propia identidad, al margen de un camino marcado por exigencias muchas veces irracionales, siendo capaces de crear entornos de respeto.

Hay que tener en cuenta, según estas tesis, que los sentimientos ni se compran, ni se venden, pero se anotan en la cuenta de resultados. Las organizaciones humanas de todo tipo: empresas, administración, asociaciones, incluso los países, generan estados emocionales.

Las emociones que articulan estas organizaciones darán como resultado pérdidas o ganancias. Los responsables del patrimonio emocional de cualquier organización son sus líderes. Los modelos de conducta y de conciencia hacen que las organizaciones sean emocionalmente productivas cuando favorecen la emergencia del talento y las que producen miedo e impiden que aumente el sentimiento de pertenencia, son las que sofocan el talento.

La gestión del patrimonio emocional en empresas y organizaciones consiste en considerar como patrimonio las emociones, en identificar y gestionar el miedo y el sentimiento de pertenencia para crear organizaciones emocionalmente sostenibles. Este planteamiento tiene un efecto directo en la gestión del conocimiento, cuyo fin es apoyar la estrategia empresarial, a partir del estudio de los procesos de identificación, medición y explotación del conocimiento y del talento  que tiene una empresa.

Esta base teórica cuya aplicabilidad ha sido reconocida  por diferentes universidades es el punto de partida para proponer el modelo de gestión del patrimonio emocional y del conocimiento. Las empresas que gestionan  mejor su patrimonio emocional gestionan también de manera óptima su conocimiento, y obtienen así mejores resultados en productividad, competitividad e innovación.

La emergencia del  talento es fundamental para conseguir el bienestar social y personal. Necesitamos el talento de todos y necesitamos todos los talentos. En muchos entornos profesionales vemos cómo los líderes, simplemente por inercia tienen actitudes de desconfianza, bloquean las iniciativas, no premian el trabajo bien hecho, no saben marcar normas claras y permiten actitudes de sabotaje del talento. La gestión del patrimonio emocional es la competencia más importante ahora y en el futuro.

Detrás de la crisis ha habido una perversa manipulación emocional de las personas, es decir, del mercado. Si cambiamos la perversa manipulación emocional, que nos llega de la herencia cultural imperante hasta hace muy pocos años, por la gestión consciente del patrimonio emocional veremos pronto los buenos resultados.

Cuando tienes miedo, no comunicas bien. Tenemos miedo a ser desiguales, cuando la desigualdad es la identidad. El miedo lleva a querer ser igual que los demás y te impide ser como eres. Hay que ser estratega. Prever y detectar a tiempo cómo se comportan, qué objetivos persiguen, cómo afectan sus movimientos a nuestras expectativas y cómo nos inducen a actuar en un sentido u otro.

Hay que reservarse la facultad de graduar la proximidad, según la situación y las reglas del juego. La estrategia consciente, es el nuevo paradigma en la planificación para personas y organizaciones.
Todas las personas, tenemos nuestra zona de confort emocional, nuestra zona de carisma. Personas carismáticas son aquellas cuya comunicación produce sentimientos de confianza. Con capacidad de atraer a los demás, en su comunicación seducen, convencen y persuaden.

Las personas carismáticas transmiten: energía, vitalidad, coraje, serenidad, metas claras, confianza  y empeño en tener éxito. Si las mujeres en el mundo profesional se colocan con miedo, pierden poder, persuasión, convicción y seducción.

ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN
Para terminar, quería hacer referencia a los 4 elementos de la Comunicación, que son la gestión emocional, la actitud, la estructura del discurso y el léxico.
Miedo a qué: Rechazo. Fracaso. Éxito. El miedo se percibe en la postura del cuerpo, los hombros, la sonrisa. La actitud de sometimiento con voz entrecortada, bajar la mirada, tono bajo al expresarse. Si no recibes la respuesta que esperas, observa tu actitud y manéjala.  El miedo al rechazo y la actitud de sometimiento informa de tu miedo. Si nos sometemos, el otro confirma su rol dominante.

Si se habla con frases bien estructuradas, con entusiasmo. Nuestra actitud no transmitirá “quiero gustarles” que es una comunicación coqueta. Sí transmitirá “esto es muy interesante, síganme” es comunicación seductora que es la que comunica sin miedo, convencida de que es importante lo que se cuenta.

En la comunicación coqueta, hay miedo, se busca que nos aprueben, que nos perciban como una amenaza, que nos acepten. La mujer hoy tiene miedo a tener poder, a comunicar con poder, tienen miedo a seducir. Por ejemplo, un léxico de auto sabotaje sería decir: intentaré explicar un poco… seré breve….quizá diga una tontería

GESTIONAR EL MIEDO
Primer elemento es el conocimiento, el miedo se relaciona con la capacidad de resolver problemas. En los ámbitos que actuamos con seguridad no tenemos miedo. Porque estamos en la zona de confort que nos produce confortable sensación de confianza. Herramientas para gestionar el miedo: Palabras. Respiración. Sonrisa.

Palabras. Construyen nuestra realidad mental. Las palabras que reflejan emociones organizan conductas, un lenguaje organizado y racional para tener significado.  Respiración. Cuando respiramos nuestra actitud transmite seguridad, serenidad y tranquilidad, que son actitudes relacionadas con el éxito. Hemos controlado nuestra actitud, a través de la respiración. Miedo es retención de la respiración. La voz. Las voces que hablan con miedo pierden aire al finalizar la frase, el mensaje deja de ser convincente y pierde autoridad. Una voz ventilada por la que fluye la respiración y una sonrisa afectan positivamente a la voz.  Dan poder y a la vez flexibilidad.  Si tienes control sobre tu respiración, tiene un control mayor sobre las emociones. La voz carismática es fuerte, flexible y entusiasta. Las cualidades de nuestra voz, también las tienen nuestros mensajes.


(1*).-Ignacio Ramonet. Ex director de la edición francesa de 'Le Monde diplomatique' y profesor de Teoría de la Comunicación, es uno de los observadores más lúcidos de la realidad política.
(2*).- Antonio Torres del Moral. Catedrático emérito de Derecho Constitucional de la UNED.
(3*).- Manuel Castells. Profesor de Sociología y Urbanismo en la Universidad de California en Berkeley. Es el académico de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) más citado del mundo según la Wikipedia.
(4*).- José María Troya Linero. Catedrático de Informática UMA. “La tecnología nos hace más visibles. Nadie lo puede evitar”.
(5*).- Alfons Cornella. Fundador de la empresa Infonomía, con tres patas: edición sobre innovación, servicios de innovación, y una red de innovadores.

comunicación, mujer, liderazgo, empoderamiento, libertad, expresión