Hace muy pocos días escribí un artículo en los blogs Punto y Aparte y Confidencial Andaluz, titulado Reformar la Constitución, objetivo
prioritario. En ese momento recuerdo haberme preguntado por la
identidad sexual de los famosos animales,
que vigilan la entrada noble del Palacio del Congreso de los Diputados, en la madrileña Carrera de San Jerónimo.
Pero no ha sido hasta hoy, cuando a pregunta del paisano de miña terra galega e incansable activista
de Twitter Xavier Rebel, decidí
satisfacer su curiosidad y la mía. Una respuesta sencilla la encontré en la web
especializada en tours turísticos Paseos Madrid (paseosmadrid.com), en donde se
narra parte de la curiosa historia de ambos leones.
En el texto citado, Guillermo
Aguilar, habla sobre una anécdota, sucedida a finales del año 1985, cuando
bajaron a sendos animales de sus
pedestales para ser restaurados. Por lo que fueron colocaron en el interior del edificio, provisionalmente.
Los parlamentarios quedaron sorprendidos porque a uno de
ellos le faltaban los atributos masculinos, lo que dio motivo a que comenzaran
las cábalas sobre el sexo de los leones del Congreso, que reciben el nombre de
Daoiz y Velarde, por los héroes del 2 de mayo de 1808, pero en realidad desde
sus orígenes representan al héroe Hipómenes y a la heroína Atalanta de la
mitología griega.
Los leones de José Bellver que hoy custodian la entrada al
jardín de Monforte (Valencia).
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Como aseguró un diputado titulado en Veterinaria, el león
que está al Oeste, no puede ser ni leona ni león castrado, porque no tendría o
perdería su melena, por lo que se llegó
a la conclusión de que al escultor Ponciano
Ponzano, que realizó los majestuosos leones en la Real Fábrica de Artillería de Sevilla en 1865, se le debió acabar
el material de bronce fundido procedente de los cañones capturados en la Guerra
de Marruecos, por las tropas de O’Donnell
y Prim, en 1860.
Hay que añadir que, según informó el diario ABC en el año 2013, los dos majestuosos
leones que flanquean la entrada principal del Congreso de los Diputados y que son dos de los símbolos más
fotografiados de la ciudad de Madrid,
no estaban previstos en la obra original, diseñada por el arquitecto Narciso Pascual y Colomer.
Cuando el edificio fue inaugurado, el lugar que hoy ocupan
los dos felinos estaba destinado a dos grandes farolas que no llegaron a ser
del agrado de los parlamentarios de la época, quienes forzaron su retirada.
Los responsables de la obra se vieron obligados a buscar
algún elemento de rápida ejecución con el que poder cubrir el hueco dejado por
las farolas y decidieron encargar dos estatuas al citado escultor Ponciano Ponzano, autor también del
frontispicio de la fachada principal del edificio.
Uno de los leones que flanquea la entrada al Congreso de los Diputados. |
La mala situación económica que atravesaba el país obligó al
artista a prescindir de materiales nobles y a utilizar yeso pintado de forma
que imitase al bronce. Apenas un año después, las condiciones meteorológicas
habían deteriorado las figuras hasta el punto de que los responsables del Palacio de las Cortes optaron por
encargar otras esculturas, esta vez de un material más duradero.
El responsable de proyectar la segunda pareja de leones del Congreso fue el escultor José Bellver, que diseñó dos leones de
piedra y de tamaño reducido. El resultado fue que estas dos obras parecían más
perros rabiosos que fieros felinos y nuevamente las esculturas tuvieron que ser
retiradas a causa de las protestas. Actualmente se encuentran en los jardines
de Monforte en Valencia, por si algún curioso desea verlas.
El metal parecía entonces volver a ser la solución
definitiva pero su elevado coste hacía inviable la materialización del
proyecto, hasta que un golpe de suerte permitió que las tropas españolas
incautaran varios cañones en la Guerra de Marruecos
como trofeo de guerra. El Gobierno decidió utilizar ese bronce como materia
prima para la tercera y definitiva pareja de leones del Congreso.
Brillante explicación y Majestuosa historia, Gracias D. Ramón por habernos ilustrado. Gracias Paisano.
ResponderEliminarXavier Rebel (A Coruña)
Gracias a ti por tú generosidad. Un abrazo
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