Un colega dice que con los años me he convertido en un 'personaje'. No pienso lo mismo, pero cuento aquí mis cosas por si sirven.
miércoles, 9 de abril de 2014
Malos tiempos para la lírica
La inmensa mayoría de los ciudadanos y, por supuesto, la gran mayoría de los trabajadores de los medios de comunicación sabemos, y defendemos, que sin periodismo no hay democracia. Razón por lo que hoy aquí es obligado manifestar la postura, ya secundada por las asociaciones de la prensa y los colegios profesionales de periodistas, de oponerse al nuevo invento del ministro Alberto Ruiz Gallardón, quien cada día que pasa destapa ideas que no suscribiría ni el camisa vieja de su padre. La norma del anteproyecto de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que permite al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ordenar a un medio de comunicación que deje de informar sobre el trabajo de un magistrado que considere perturbado su sosiego y ecuanimidad, es intolerable, además de anticonstitucional. Hasta aquí hemos llegado. El anteproyecto, aprobado el pasado viernes por el Consejo de Ministros, faculta al CGPJ a ordenar a "quien perturbe o inquiete” a los jueces “el inmediato cese en dicha conducta”. Con esta decisión se traspasa una línea roja muy gruesa, ya que con la pretendida legislación se persigue amordazar a los medios, con la amenaza de la cárcel y de multas, atentando con claridad contra los derechos a la libertad de expresión y a la información consagrados en la Constitución y que son pilares del sistema democrático. Un nuevo paso atrás que debemos impedir con todos nuestros medios y fuerzas.
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