Lo que hace Ramón Triviño: Marga, que estás en los cielos…

martes, 18 de marzo de 2014

Marga, que estás en los cielos…

Marga García y Ramón Triviño ante el Palacio de Buckingham.

Hoy tengo la necesidad de rendir homenaje a la periodista Marga García, con la que trabajé codo con codo, viví momentos inolvidables y trabé una eterna amistad. A Marga, que era una de esas personas que detectas, con sólo mirarle a los ojos, que nació ungida por los dioses, se la llevó una rápida y cruel enfermedad.

Hoy quiero utilizar el título de la película de Pilar Miró, genial directora y realizadora, también fallecida, “Gary Cooper, que estás en los cielos...”, en el convencimiento de que Marga, allí donde esté, habría vivido una jornada tras la que hubiese propuesto a los colegas tomar unas copas para celebrar el trabajo bien hecho.

Festejar la conclusión de una investigación periodística,  que ella inició en el año 2000 y que, 14 años después, se ha visto culminada con la dimisión del militante socialista y exdirigente de UGT, Luciano González García, como director general de la Agencia Andaluza de la Energía de la Junta de Andalucía.
Marga creía a pies juntillas en la obligación del periodista, en su papel de mediador social, de ejercer el control sobre los poderes públicos, mediante la búsqueda de información rigurosa, veraz y verificable.

Un día de hace muchos años Luciano González se cruzó en su camino y Marga descubrió la existencia de diversas presuntas irregularidades en la vida de un personaje público que fue expulsado tanto de la UGT como del PSOE y relacionado  con supuestos desvíos de fondos a fines diferentes para los que estaban destinados. Sus informaciones llenaron portadas en ABC y La Razón. Mientras, González desaparecía del escenario como si fuera un Guadiana.
La sorpresa surgió el pasado el 14 de enero, cuando el personaje que ocupó, y le hizo pasar muy malos ratos a la periodista, era nombrado director general de la Agencia Andaluza de la Energía, avalado por el consejero Pepín Sánchez Maldonado, quizá ignorante de la catadura del que iba a ser su colaborador.


Aquél día, para mí un mal día, decidí empeñarme en ver culminado el trabajo de Marga García. Parece que la confluencia de energías positivas posibilitó que se tramase de forma espontánea una conjura colectiva que llevó a desenmascarar al flamante cargo público recién designado.  Han sido muchos los que han aportado datos, documentos o hilos para desenredar la madeja. Sin duda el gran protagonista ha sido el firmante de las sucesivas informaciones que han empujado a González a la dimisión, el profesor y periodista malagueño, de El Confidencial.com, Agustín Rivera, que ha realizado un trabajo de investigación de los que hacen grande al periodismo. Enhorabuena y muchas gracias, seguro que te habría dicho Marga con esa sonrisilla pícara con la que siempre guiñaba a sus amigos. 

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