Marga García y Ramón Triviño ante el Palacio de Buckingham. |
Hoy tengo la
necesidad de rendir homenaje a la periodista Marga García, con la que trabajé
codo con codo, viví momentos inolvidables y trabé una eterna amistad. A Marga,
que era una de esas personas que detectas, con sólo mirarle a los ojos, que
nació ungida por los dioses, se la llevó una rápida y cruel enfermedad.
Hoy quiero
utilizar el título de la película de Pilar Miró, genial directora y
realizadora, también fallecida, “Gary Cooper, que estás en los cielos...”, en
el convencimiento de que Marga, allí donde esté, habría vivido una jornada tras
la que hubiese propuesto a los colegas tomar unas copas para celebrar el
trabajo bien hecho.
Festejar la
conclusión de una investigación periodística, que ella inició en el año 2000 y que, 14 años
después, se ha visto culminada con la dimisión del militante socialista y
exdirigente de UGT, Luciano González García, como director general de la
Agencia Andaluza de la Energía de la Junta de Andalucía.
Marga creía
a pies juntillas en la obligación del periodista, en su papel de mediador
social, de ejercer el control sobre los poderes públicos, mediante la búsqueda
de información rigurosa, veraz y verificable.
Un día de
hace muchos años Luciano González se cruzó en su camino y Marga descubrió la
existencia de diversas presuntas irregularidades en la vida de un personaje
público que fue expulsado tanto de la UGT como del PSOE y relacionado con supuestos desvíos de fondos a fines
diferentes para los que estaban destinados. Sus informaciones llenaron portadas
en ABC y La Razón. Mientras, González desaparecía del escenario como si fuera
un Guadiana.
La sorpresa
surgió el pasado el 14 de enero, cuando el personaje que ocupó, y le hizo pasar
muy malos ratos a la periodista, era nombrado director general de la Agencia
Andaluza de la Energía, avalado por el consejero Pepín Sánchez Maldonado, quizá
ignorante de la catadura del que iba a ser su colaborador.
Aquél día, para
mí un mal día, decidí empeñarme en ver culminado el trabajo de Marga García.
Parece que la confluencia de energías positivas posibilitó que se tramase de
forma espontánea una conjura colectiva que llevó a desenmascarar al flamante
cargo público recién designado. Han sido
muchos los que han aportado datos, documentos o hilos para desenredar la
madeja. Sin duda el gran protagonista ha sido el firmante de las sucesivas
informaciones que han empujado a González a la dimisión, el profesor y
periodista malagueño, de El Confidencial.com, Agustín Rivera, que ha realizado
un trabajo de investigación de los que hacen grande al periodismo. Enhorabuena
y muchas gracias, seguro que te habría dicho Marga con esa sonrisilla pícara
con la que siempre guiñaba a sus amigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario